¿Por qué la guerra es tan “encantadora”? ¿Qué tiene que atrae como un imán? ¿Qué se esconde detrás de ella? Poder, dinero, ego, irracionalidad, sometimiento, instinto animal…¿qué hay detrás de la guerra? Lo mas impactante fue que bastaron 6 meses, solo 6, para que en Colombia no habláramos mas de paz (la supuesta, la posible, la soñada), para comenzar a hablar de guerra. Ahora el tema es armarnos, defendernos, aplastar, someter, neutralizar. No solo vamos a hablar de guerra, no. La vamos a vivir. Con todos sus “juguetes”. Volveremos a llenar el Hospital Militar, empezaremos a desempolvar primeras páginas de “cuántos fueron los muertos” del día y a comparar, cuál tragedia es la mas grande, la que gana el primer puesto en dolor y lágrimas, muertos y víctimas. Vamos a volver a vivirlo. ¿Negociaciones? No, nunca se hicieron en el Gobierno de Duque-Uribe, a pesar de que existen Heberth Bustamante y Angelino Garzón, personas reales de carne y hueso, que lo intentaron a nombre del Gobierno de Duque. Pero no, tengo la sensación de que nos tratan como a los niños chiquitos de antes, a aquellos que podían engañar tan fácil. No lo hicieron a pesar de que los implicados ni siquiera tienen como desmentirlo. Supuestas verdades o explicaciones que cada vez son mas flojas. Lo importante es que volvimos a la guerra, al mundo que tanto les gusta a algunos.. El ELN “brindó” la oportunidad y tras, caímos. Bienvenidos al pasado.
Hay muchas situaciones por analizar sobre el “alma” colombiana. Como por ejemplo que en nuestro país un gobierno suba en las encuestas porque plantea aplastar al terrorismo, saliéndose de la negociación y abriendo la puerta a la guerra, nuevos muertos. ¿Cuántos se necesitaran para caer en cuenta que no es con mas violencia como se domina al terrorismo, sino con negociaciones dolorosas, incómodas pero sanadoras?
Se percibe que hay personas que están en “su salsa”. Disfrutando, gozándolo porque comprobaron que “tenían la razón”. “Se los advertimos…”. Hay que aplastar, humillar, derrotar. Sólo que el “otro bando” esta conformado por terroristas sin escrúpulos ni agallas que nos harán saber su disgusto, su poder y su parecer. En la mitad, todos aquellos que no queremos mas guerra, que sabemos que hay que negociar. ¿Por qué los abogados tienen como principio vital del ejercicio de su carrera que “mas vale un mal arreglo que un buen pleito”? ¿Alguno le podría “soplar” este principio a este Gobierno?
Lo mas injusto y desproporcionado es que se quiere la guerra, se busca aplastar al enemigo con los hijos de otros, con los familiares de los demás, nunca con un miembro de nuestro entorno. Lloramos y “acompañamos” a los que le toca la mala suerte de morir en la mitad del conflicto, pero siempre y cuando no sea de los cercanos a nuestro círculo, podemos dar palmaditas, colocar flores y hasta salir a caminar en una convocatoria de marcha. Por eso, el ejercicio personal que debemos hacer es imaginar cuál miembro de nuestra familia papá, hijo, nieto, hermano, novio, aportamos al sostenimiento de esta guerra sin negociación. Si quiero la guerra, éticamente al menos debo imaginar cuál de los míos pasa al frente. Es un ejercicio mínimo de equilibrio. Tan sólo imagínelo y evalúe cuán doloroso es solo con pensarlo. Ahora sí, bienvenidos al pasado.
Gloria H. @Revolturas